Bloques, líneas, colores saturados y desatorados, verdes y naranjas, figuras desfiguradas o dibujos figurados. El blanco vaporoso frente al bloque blanco. Los espacios vacíos y aquellos espacios llenos. Las telas, la madera, el papel y la pintura. Sea como sea, siempre todo vuelve ahí. Las artistas de esta colectiva hablan muchos dialectos de una misma lengua. El trabajo de la pintura y el trabajo de la amistad son lo que aglutina esta exposición. Cada mundo, cada historia, cada paisaje, cada anécdota, cada lugar y no lugar, cada color o cada luz se juntan en estas paredes para dar bienvenida a un nuevo ciclo. Encuentros inesperados a modo de coincidencia.